jueves, 9 de diciembre de 2010

Si nos fijamos en la materia que nos rodea, nos damos cuenta enseguida que no todos los objetos materiales son iguales. A simple vista podemos distinguir distintas sustancias, como por ejemplo la sal del hierro. Y no sólo con la vista: por ejemplo podemos distinguir la sal del azúcar gracias al sentido del gusto

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