Además de las rocas sedimentarias y magmáticas, existe un tercer tipo de rocas: las
metamórficas.
El
metamorfismo consiste en un cambio en los
minerales de la roca preexistente, que
recristalizan y, a veces, se transforman en
otros diferentes. Estos cambios se deben a que en algunas zonas del interior terrestre las rocas se ven sometidas a grandes
presiones y temperaturas, pero sin llegar a
fundir. Así, por ejemplo, la roca sedimentaria caliza se transforma, por metamorfismo, en
mármol.
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